miércoles, febrero 01, 2006

Prólogo Mes de Febrero de 2006


Manteniendo el formato de meses anteriores, comenzaremos con un interesante mensaje basado en un hecho real, acontecido en el siglo XIX, protagonizado por un famoso equilibrista de la época. Además les compartiremos acerca de la preexistencia de Nuestro Señor Jesucristo, hecho que no sólo se afirma en el Nuevo Testamento, sino que también es confirmado en el Antiguo Testamento. Respecto a los utensilios que hemos venido analizando del Atrio y Tabernáculo, este mes nos toca el estudio del Candelabro de Oro situado en el lugar Santo, el que sin duda, como verán, tiene una estrecha relación con el Señor Jesús. Por último veremos brevemente que sucedió luego del período en que gobernaron los Jueces en Israel.
Esperamos que esta edición les sea de gran Bendición en sus vidas.

En La Cuerda Floja






A mediados del siglo XIX (1859), el Equilibrista de nombre Blondin, se preparaba para intentar su mayor hazaña. Extendió un cable de acero de dos pulgadas a lo largo de las Cataratas del Niágara. Una gran muchedumbre se congregó para observar. Entonces Blondin dijo al público presente: “¿ Cuántos de ustedes creen que puedo cargar sobre mis hombros el peso de un hombre al cruzar este desfiladero?. La muchedumbre incrementaba y lo aclamaba, creyendo que él si podía llevar a cabo una proeza tan difícil. Blondín levantó sobre sus hombros un saco de arena que pesaba unas 180 libras (82 kg) y lo llevó cargando a través de las cataratas. Ambos llegaron ilesos al otro lado. Entonces Blondin preguntó: ¿Cuántos de ustedes creen en efecto que puedo llevar una persona cargada a través del barranco? Otra vez la muchedumbre elevó gritos y aplausos de aclamación. “¿ Cuál de ustedes es el que subiera sobre mis hombros y me va a permitir que lo lleve al otro lado de las Cataratas? “ Se hizo un gran silencio entre el público. Todos deseaban ver a Blondin llevar una persona cargada a través del desfiladero, pero nadie deseaba colocar sus vidas en las manos del Equilibrista.
Por fin, un voluntario dio el paso, dispuesto a participar en esta hazaña. ¿ Quién fue este individuo? Era el Representante de Blondin (Harry Colcord), quien conocía por varios años y en persona al Equilibrista. Al hacer los preparativos para cruzar las Cataratas, Blondin le dijo a su Representante: “ No debes confiar en tus propios sentimientos, sino en los míos. Sentirás que tenemos que virar cuando no hay que hacerlo y si confías en tus sentimientos, caerás. Debes hacerte parte de mi persona”. Ambos llegaron ilesos al otro lado.
Tal como la gente que aclamaba a Blondin, los cuales le conocían y creyeron en sus desafíos, pero no se atrevieron a aceptar su llamado, son aquellos que conocen de Cristo y su sacrificio en la Cruz, inclusive a veces haciéndose llamar Cristianos, pero cuando él les llama no se atreven a colocar sus vidas en sus manos. El saco de arena, en este caso representa el sacrificio que realizó Cristo en la Cruz y su Resurrección, ya que la gran mayoría de la gente sabe y cree lo que Cristo hizo por nosotros, pero el segundo desafío, el cual equivale a poner nuestras vidas en sus manos, no todos se atreven a tomarlo.
Si te das cuenta solo la persona más cercana, que conocía, estimaba e inclusive amaba a Blondin, aceptó el desafío. Con Cristo es similar, quienes le conocemos, le amamos y creemos en él, aceptamos su invitación a seguirle, dejando de lado el “yo”, pasando de esta forma a ser él en nosotros.
Por otra parte Jesús nos da las mismas instrucciones, cuando nos hace el llamado a seguirle: “No confíes en tus propios sentimientos. Confía en mi y te llevaré al otro lado, siendo el otro lado ¡¡ la Vida Eterna!!”.
Finalmente, si has aceptado a Cristo y luego dejas de confiar en él, confiando y dejándote llevar por tus propios sentimientos, caerás y ¡Morirás!, es decir, ¡cuidado! la salvación se pierde.

“Bienaventurado el hombre que puso a Dios por su confianza” Salmos 40:4
“Mas el Señor me ha sido por refugio. Y mi Dios por roca de mi confianza” Salmos 94:22
“En el temor de Dios está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus hijos” Proverbios 14:26
“…Pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído y estoy seguro de que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día…” 2 Timoteo 1:12

Si conoces del sacrificio que realizó Cristo en la Cruz por nosotros y crees que él Resucitó, y deseas poner tu vida en las manos de él, te animo a recibirle haciendo la siguiente oración en voz alta:
“ Dios mío, gracias por tu amor hacia mi. Reconozco que hasta ahora anduve lejos de Ti viviendo a mi manera… Te confieso todo el mal que hice. Creo que Jesucristo, tu Hijo, me puede perdonar y salvar… Ven Señor Jesús y entra en mi vida, Amén”.
La palabra enseña que si has realizado esta oración de corazón colocando tu fe en Jesucristo, eres salvo y por ende pasas a ser hijo de Dios, ante lo cual no te olvides de este importante día,… día en que has nacido a la nueva vida…..la cual es la vida eterna.

La Preexistencia del Señor Jesucristo


Génesis 1: 26 “ Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…”, Esta frase denota que Dios cuando lo creó todo ya estaba en presencia de alguien más.., ¿quién más que él, si el Alfa y la Omega, principio y fin sólo es Dios?, la respuesta es: ¡el Espíritu Santo y Jesucristo!. En otro pasaje se lee lo siguiente: “…Santo, santo, santo, es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir “ (Ap 4:8). Aquí nuevamente se confirma que Dios, no obstante ser único, existe en tres personas; Santo el Dios Padre, Santo el Hijo y Santo su Espíritu, dónde el que ha de venir es Jesucristo. En si, toda la palabra de Dios es una evidencia y testimonio de la preexistencia del Señor Jesucristo, tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento; dónde en el A.T. se declara en profesías el nacimiento y reinado del Mesías (Ejem. Isaías 7:14; Isaías 9:6 (750 A.C.)), la pasión y muerte del Siervo de Jehová (Ejem. Salmos 38, Isaías 53) también se relatan episodios de Jesucristo en la persona del Angel de Jehová interactuando con los patriarcas tales como Moisés (Exodo 23:20-21), con Josué (Josué 5:13-15), siervos como Gedeón (Jueces 6:11-22), Manoa Padre de Sansón (Jueces 13: 1-25) etc., y en el N.T. el mismo Señor Jesucristo lo señala en Juan 8:58, autodenominándose, por lo demás como el gran Yo Soy; “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo; Antes que Abraham fuese, Yo Soy” (Del Hebreo YHWH= JHVH=JEHOVA= Yo Soy).
Por otra parte es importante tener en claro que tal como se señala de Jesucristo en Colosenses 1:15 “El cual es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda criatura.”, dónde en este importantísimo versículo podemos dar la solución a la gran contradicción en la que se han envuelto muchos, cuestionando la Deidad de Nuestro Señor Jesucristo argumentando que Dios jamás a sido visto (1 Timoteo 6:16, etc.), no obstante Moisés entre otros Patriarcas y Profetas le vieron cara a cara (Exodo 33:11; Deutereonomio 34:10, etc), siendo verdaderamente a Dios a quién vieron, quien es Jesucristo imagen del Dios Padre jamás visto..¡¡que grandioso!!..¡¡alabado sea nuestro Señor Dios Todopoderoso!!!.
La bendición que nos conlleva tener claro lo anterior, es darnos cuenta que Jesucristo siendo Dios, no obstante serlo “…. no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filpenses 2:6-8). ¡¡¡ Que tremendo acto de amor!!!, ¿ Tú te convertirías en una hormiga ?, ¡¡ por supuesto que no !! y además que te dejaras pisotear, ¡¡¡jamás!!! Ni siquiera esta comparación se le acerca al ser Dios y convertirte en un hombre y ser humillado como él lo fue, tomando nuestro lugar en la cruz, lugar que nosotros merecíamos, para comprar de esta forma los pecados de toda la humanidad, otorgándole el perdón y salvación a aquellos que le reciben por fe: Lucas 10:16 “ El que a vosotros oye, a mi me oye, y el que a vosotros desecha, a mi me desecha; y el que me desecha a mi, desecha al que me envió”; Juan 13:20 “ De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mi; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.”
Si tu pregunta es que tienes que hacer para recibir a Cristo en tu corazón y obtener el perdón de tus pecados y por ende la vida eterna, sólo tienes que realizar un compromiso a través de una sencilla oración en voz alta (Romanos 10:9 Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo) y seguir a Cristo, leyendo su palabra, siendo obediente y congregándote en una Iglesia que proclame y exalte únicamente el Nombre del Señor Jesús (Iglesia Cristiana) . Si no tienes palabras de momento para expresarte y si Dios te habla en este momento, por medio de este mensaje, recíbele, haciendo la siguiente oración:
“ Dios mío, gracias por tu amor hacia mi. Reconozco que hasta ahora anduve lejos de Ti viviendo a mi manera… Te confieso todo el mal que hice. Creo que Jesucristo, tu Hijo, me puede perdonar y salvar… Ven Señor Jesús y entra en mi vida, Amén”.
La palabra enseña que si has realizado esta oración de corazón colocando tu fe en Jesucristo, eres salvo y por ende pasas a ser hijo de Dios, ante lo cual no te olvides de este importante día,… día en que has nacido a la nueva vida…..la cual es la vida eterna.

El Candelero de Oro. Exodo 37:17-24.


Este candelero, que tenía siete brazos, era alimentado contínuamente con aceite puro de oliva. Se mantenía encendido las 24 horas del día. Cristo se representa en la Biblia como la luz del mundo. “Yo soy la luz del mundo”. Mat. 5:16 se refería al candelero del templo. Todos estábamos en el reino de las tinieblas controlados por el pecado, pero Cristo nos dió la luz de la vida eterna. Con razón dijo David: "Jehová es mi luz y mi salvación." Sal. 27:1

La Palabra de Dios presenta a dos clases de personas: los que andan en tinieblas pertenecen al reino de Satanás, los que andan en la luz son los hijos de Dios. Los unos representan la verdad, los otros el error.
Contrariamente a los otros objetos del Tabernáculo hechos de madera de Acacia recubierta de oro, el candelero era totalmente de oro puro, forjado en una sola pieza. Él nos habla de lo que es esencialmente divino. Era de oro batido ("labrado a martillo"), recordando que aquel a quien representa Cristo pasó por el sufrimiento. El becerro de oro, por el contrario, había sido simplemente fundido (Exodo 32:34). El propio candelero, pues, es una figura de Cristo, mientras que el aceite es, como en toda la Palabra, una figura del Espíritu Santo.
Uno de los elementos del candelero que es mencionado varias veces lo constituyen las flores de almendro. Esas flores nos hacen pensar en la vara de Aarón que había brotado, producido flores y almendras, tal como vemos en Números 17:8, lo que es una figura de la resurrección de Cristo. El almendro, según Jeremías 1:11-12, manifiesta que Dios cumple sus promesas en Cristo. Precisamente fue un Cristo resucitado y glorificado el que dio el Espíritu Santo a los suyos.
En el conjunto formado por el candelero, el aceite y las siete lamparas ardiendo en el santuario se puede ver también a Cristo tal como es presentado por el Espíritu Santo por mediación de los vasos humanos del ministerio.
En efecto, bajo este aspecto, había necesidad de "despabiladeras" (Exodo 25:38) para quitar todo lo que habría impedido el libre curso del aceite para producir la luz. Por otra parte, las siete lamparas nos muestran que el ministerio de Cristo por el Espíritu se ejerce mediante diversos canales.
Vemos al candelero brillar bajo cinco aspectos:
Hacia delante de él (Exodo 25:37), pues el mayor y primer testimonio que da el Espíritu Santo es respecto del mismo Cristo; por eso el primer objeto que atraía las miradas al entrar al santuario era el candelero totalmente iluminado.
El Señor Jesús, al hablar del Espíritu Santo, dice: "Él me glorificará; porque tomara de lo mío, y os lo hará saber" (Juan 16:14).
El candelero iluminaba la mesa de los panes (Exodo 26:35); es el Espíritu Santo que pone evidencia la posición de los santos en Cristo en el santuario.
El candelero brilla en Números 8 en relación con la purificación de los levitas: es el Espíritu Santo quien debe dirigir todo servicio para Dios y ser su motor.
En Levítico 24 vemos el candelero al comienzo de un capitulo en el cual va a manifestarse la oposición a Dios en medio de Israel: la apostasía. Frente al mal que se introduce en el pueblo de Dios, únicamente el Espíritu Santo es el remedio.
En Éxodo 27:21 y 30:8 se ve que el candelero ardía toda la noche. (Cabe hacer notar que, en el templo de Ezequiel, durante "el día" del milenio, no hay candelero). Solo durante la noche del rechazo y la ausencia de Cristo el Espíritu Santo ilumina el santuario en la tierra y produce la oración de intercesión y el culto.
Si bien el alimento es indispensable para crecer, la luz no es lo menos. Una planta ubicada en un lugar oscuro, aunque sea bien regada, perecerá. Un joven cristiano que no ande en la luz no puede hacer progreso alguno. Al contrario, se apartará cada vez más del Señor. Y la luz del Espíritu Santo generalmente no se apaga en forma súbita para nosotros, sino que dejamos poco a poco que una cosa primero y luego otra se coloque entre el Señor y nosotros como un ligero velo, el cual se va espesando más y más hasta privarnos de la comunión con Él, del gozo de su Persona y trabar la acción del Espíritu Santo en nosotros. Entonces no puede haber ni crecimiento, ni gozo. ¿Qué es necesario hacer? Volver a Él con oración, buscar su rostro y tomar el tiempo necesario para pasar con Él, como María (Lucas 10:38-42) si es posible horas que se dejen correr hasta que Él nos haya devuelto el gozo de nuestra salvación.

Israel Pide Reyes


Luego del período de los Jueces que gobernaron al Pueblo de Israel, dónde el último Juez fue Samuel, los Israelitas rechazaron a Dios como su rey pidiendo un rey humano, como tenían las naciones vecinas.
Su primer rey fue Saúl quien, aunque empezó bien, se volvió un hombre inicuo, desobediente a los mandamientos de Dios, y por lo demás motivado por una gran envidia, persiguió a David para matarlo.
Después de su muerte, David llegó a ser el próximo rey, quién había sido ungido en su niñez por Jehová Dios a través de Samuel. Dios le hizo grandes promesas.
Luego de él vino su hijo Salomón quien, después de un buen comienzo, se apartó de la verdadera fe debido a sus muchas esposas que había tomado de las naciones vecinas. Salomón destacó por su gran sabiduría y por la prosperidad que le dio a la nación. Después de su muerte, el reino se dividió en dos –diez tribus formaron el reino de Israel, inicialmente bajo Jeroboam; las otras dos tribus, Judá y Benjamín, formaron el reino de Judá, inicialmente bajo Roboam, hijo de Salomón.
(En la ilustración se aprecia el Templo de Salomón)

Palabras Finales


Esperamos que el Señor les haya hablado y bendecido mediante su Palabra, como lo ha hecho con nosotros durante estos últimos meses. Como verán, su Santo Espíritu nos ha llevado, a través de esta página, únicamente a proclamar que Jesucristo es el Señor y a exaltar su Nombre el cual es sobre todo nombre. Les queremos compartir que la experiencia más hermosa que hemos vivido estudiando la Palabra de Dios en estos últimos años, es habernos convencido que en su totalidad gira en torno a Nuestro Señor, tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento, tal como lo señalamos en el segundo mensaje, y que guiados de su Santo Espíritu es posible entenderla, ya que tal como dice en 1 Corintios 2:6-16, ésta se debe discernir espiritualmente y no bajo el razonamiento humano.

En el amor de Cristo Jesús

Jessica Mariette Candia Escobar
Italo Ignacio Cortés Rocco