jueves, agosto 03, 2006

Armero, Tragedia de un Desastre Anunciado


El 13 Noviembre de 1985, el mundo entero fue impactado con la trágica noticia acontecida en Armero Colombia. Una avalancha del río Lagunilla, ocasionada por la erupción del volcán Arenas del nevado del Ruiz, borró del mapa a Armero, la más importante ciudad del norte del Tolima, que dejó un saldo de 26.000 muertos (el 65% de las muertes ocasionadas ese año por desastres de la naturaleza), 20.611 damnificados y heridos, muchos de ellos mutilados y gravemente afectados, por no decir derrumbados psicológicamente, e incalculables pérdidas económicas (4.400 viviendas, 19 puentes, $1.400 millones del comercio). Era la tragedia de mayor magnitud en la historia de Colombia y por que no decirlo, de Latinoamérica.
El símbolo humano de la tragedia fue Omaira Sánchez, una niña armerita residente en el barrio Santander, de 13 años, que quedó atrapada entre rocas y ladrillos y que agonizó durante sesenta horas en el fango. Gracias a las crónicas del periodista Germán Santamaría de Televisión Española, Omaira se convirtió en el símbolo mundial de la peor tragedia ocasionada por un volcán en este siglo. Particularmente la recuerdo hablando muy tranquila al Periodista y entregándole palabras de esperanza, con una mirada que parecía ya no tener el Espíritu de Vida, hasta que finalmente cerró sus ojos. Coincidentemente, en aquel año yo también era un niño de 13 años y tengo que reconocer que fui muy impactado con esas imágenes.
La pregunta que surge es; ¿Habrá habido alguna forma que Omaira y esas 26.000 personas pudieron haber sido salvas de la destrucción?. El hecho es que sí podían. Revisando archivos de prensa en Internet, se puede concluir que la tragedia pudo haberse evitado.
Desde octubre de 1984 existía la advertencia de una eventual erupción; en diciembre de 1984 se presentaron fumarolas, clara evidencia de lo que se gestaba. Entre febrero y octubre de 1985, técnicos de Ingeominas acompañados por geólogos norteamericanos trabajaron en la zona y elaboraron un mapa preliminar de riesgo volcánico. El 24 de septiembre de 1985 el representante de Caldas, Hernando Arango Monedero, adelantó un debate en la Cámara con cuatro ministros sobre el peligro; muchos no le creyeron y fue considerado como un sensacionalista. Fue una tragedia anunciada, que sirvió para que la toma del Palacio de Justicia, ocurrida la semana anterior, pasara a un segundo plano en las noticias. En un artículo que fue escrito por Rodolfo Rodríguez Calderón en el periódico El Espectador, él nos dice lo siguiente: Once meses antes del desastre, las montañas habían estado arrojando humo. El nos dice que la nieve blanda en la montaña se había vuelto una capa sólida de hielo debido al intenso calor en la montaña. El nivel del agua de los ríos subió debido a la gran cantidad de nieve derretida. Los ríos crecieron grandemente según bajaban al valle donde estaba la ciudad. La nube de gases y ceniza había alcanzado 150 pies (46 m) el primer día, 750 pies (230 m) el segundo día. El día cuando el volcán explotó, estaba 16,000 pies (4.900 m) de altura.
En Septiembre 11, cerca de dos meses antes del desastre ocurrir, la gente comenzó a sentir la tierra moviéndose en una escala 3 de Richter. La gente podía escuchar la montaña haciendo ruido. Las autoridades tuvieron que cerrar las carreteras que daban acceso al resorte de los turistas de la montaña. Era imposible para la gente mantener sus casas limpias porque las cenizas volcánicas eran arrojadas a la ciudad diariamente. La gente constantemente podían oler azufre en el aire. De acuerdo a este artículo, una lluvia torrencial empezó a caer a las 9 p.m. esa tarde sólo unas pocas horas antes de explotar la montaña. Y de acuerdo a testigos que sobrevivieron, se puso terriblemente oscuro como una oscuridad supernatural que nunca habían visto antes. Usted dirá, bueno, ¿no tuvieron ellos suficientes señales? ¿Cómo pudieron 26.000 personas ser enterradas si tuvieron tantas señales? La respuesta es que los “expertos” los adormecieron. En el mismo artículo, se describe como el sacerdote del pueblo, Edgar Efren Torres, salió por la radio a las 7 p.m. y le dijo al pueblo, "No hay razón para alarmarse; por favor manténganse en calma." La defensa civil en un anuncio oficial de radio afirmó, "No hay razón para preocuparse." El obispo del pueblo, Augusto Osorio, advirtió en la radio en contra de los fanáticos que lo hacían parecer como un gran desastre que era inminente. Incidentemente, él se fue de la ciudad.
El alcalde dijo, "No se preocupen." El gobernador del estado de Tolima dijo, "El desastre no se habría podido predecir de antemano." El científico colombiano Jaime Viegas Velásquez dijo, "Este volcán nunca va a entrar en erupción. Nada va a suceder. Guárdense de las especulaciones y las exageraciones." La Secretaria de Minas, Evan du Escobar, dijo, "Nada sucederá." Incluso el geólogo Darryl Hurd de Estados Unidos dijo, "Es muy improbable que las ciudades pudieran ser enterradas por la lava, la roca o el fango." El comité de emergencia regional envió un mensaje, "No esperen que sus ventanas se rompan, no esperen oscuridad, no esperen que la lava baje por la montaña, no esperen capas grandes de ceniza," entre otras cosas. Y decía, "sólo salgan y gocen del espectáculo." ¿Por qué 26.000 personas fueron enterradas? Porque en vez de mirar las señales y de prestar la atención a éstas, para saber que un desastre era inminente, escucharon la voz de los "expertos."
En Mateo 24 dice lo siguiente:
24:37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.
24:38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,
24:39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
De seguro Noé, al igual como lo hizo Hernando Arango Monedero con Armero, anuncio el diluvio manteniendo la puerta del Arca abierta y nadie le creyó, incluso lo deben haber catalogado de loco cuando el construía el Arca, y ciertamente los “expertos” de la época tienen que haber contra argumentado las afirmaciones de Noé, adormeciendo así a los que pudieran haber creído. Estamos viviendo en los últimos días y ya hay señales de las que habló nuestro Señor Jesucristo (ver Mateo 24 3-8) ¡ pon atención !. La puerta de la Gracia está pronto a cerrarse, y ¿dónde te encontrarás tú?.
Te animo a dar un paso hacia la puerta, antes que sea tarde y ésta se cierre, es sólo tu decisión. ¡Cristo Viene!.
Si de momento has decidido dar ese paso, y si no tienes palabras para dirigirte al Señor, te animo a recibirle haciendo la siguiente oración en voz alta:
“Dios mío, gracias por tu amor hacia mi. Reconozco que hasta ahora anduve lejos de Ti viviendo a mi manera… Te confieso todo el mal que hice. Creo que Jesucristo, tu Hijo, me puede perdonar y salvar… Ven Señor Jesús y entra en mi vida, Amén”.
La palabra enseña que si has tomado esta decisión de corazón, colocando tu fe en Jesucristo, eres salvo y por ende pasas a ser hijo de Dios, ante lo cual no te olvides de este importante día,… día en que has nacido a la nueva vida…..la cual es la vida eterna.