domingo, octubre 02, 2005

Testimonio de un Computador

Este es un breve testimonio relatado por un computador, el cual había sido armado por su propio dueño, y que por lo demás, tenía grandes cualidades técnicas tales como de capacidad, procesador y estéticas, pero que en un determinado momento de nada le sirvieron…veamos….
Mi nombre es lo de menos, y la verdad que es que soy de última generación, cuento con un procesador y capacidad que cualquiera envidiaría, además tengo los últimos programas que han salido al mercado, ¡ para que les digo en cuanto a mi estética !, la verdad no quisiera pecar de vanidoso.
Un día conocí una gran red llamada Internet, lugar en el cual tenía acceso a todo tipo de información, tanto así que podía bajar programas en forma ilegal y sin pagar un solo peso….¡ me hice fanático !. Con el tiempo fui conociendo lugares que hoy en día me da mucha vergüenza recordarme, es más, me era imposible no acceder a ellos por lo menos una vez al día. Con el pasar del tiempo se fue convirtiendo en un vicio.
Un día comencé a sentir algunos síntomas raros, sospeché entonces de aquellos lugares que frecuentaba, y me asusté mucho, tanto así que decidí por mis propias fuerzas renunciar a continuar accediendo a esos lugares, pero me duraba algunos días y nuevamente caía. Mientras tanto, mi salud seguía empeorando.
Cuando en una ocasión logré dejar de frecuentar esos sitios, me apareció en pantalla y sin razón una imagen muy tentadora que me invitaba a volver, pero fui fuerte y la cerré…luego, esa imagen nuevamente se volvió a abrir y finalmente caí. Entonces me dí cuenta que muchas de esas “poco decorosas” páginas que solía frecuentar habían de alguna manera llegado a mi disco duro, descubrí de esa forma, el porqué de esos síntomas raros…y comenzó mi martirio. Fue entonces, después de la visita de un técnico, el cual me diagnosticó un virus,…¡ que me quise morir !, desee nunca haber hecho lo que hice, mi vida útil estaba llegando al final… antes de lo indicado por los fabricantes.
Llegó finalmente el momento en que se me acercó mi dueño y creador, y teniendo compasión y amor por mi, me dijo que existía una esperanza y sólo dependía de mi, que con su ayuda y no en mis fuerzas, yo no volvería nunca más a esos sitios que me habían dañado, tomando así el control por completo de mi …la solución era formatearme y de esta forma comenzar con una nueva vida…fue entonces cuando me sometí a tal proceso…¡ fue como nacer de nuevo!, me sentí que tenía una nueva oportunidad la cual no desperdiciaría y nunca más defraudaría a mi dueño y creador, quién sólo me había concebido para trabajar en la red en temas relacionados con su trabajo.
La similitud entre lo que sucede con los computadores y nuestros malos pensamientos y pecados, es increíble. El problema de mirar algo incorrecto se agrava cuando de nuestra mente (Memoria RAM) pasa a nuestros corazones (Disco Duro), reiterándose esa imagen en nuestra mente de vez en cuando, e inclusive en muchos casos llegándose al límite de consumar tal pecado. En nuestro caso también existe una solución muy similar a la de formatear un computador, y tiene relación con el perdón de nuestros pecados, el cual lo realiza Nuestro Señor Jesucristo, y por otra parte al igual que el computador, tenemos un Creador, el cual es Dios Padre quién nos creó con un único propósito…propósito que no cumplimos y que es Adorarle y exaltar su Nombre.
Si tu pregunta es que tienes que hacer para obtener el perdón de tus pecados y por ende la vida eterna, sólo tienes que realizar un compromiso a través de una sencilla oración en voz alta (Romanos 10:9 Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo) y seguir a Cristo, leyendo su palabra, siendo obediente y congregándote en una Iglesia que proclame y exalte únicamente el Nombre del Señor Jesús (Iglesia Cristiana) . Si no tienes palabras de momento para expresarte y Si Dios te habla en este momento, por medio de este mensaje, recíbele, haciendo la siguiente oración:
“ Dios mío, gracias por tu amor hacia mi. Reconozco que hasta ahora anduve lejos de Ti viviendo a mi manera… Te confieso todo el mal que hice. Creo que Jesucristo, tu Hijo, me puede salvar… Ven Señor Jesús y entra en mi vida, Amén”.