sábado, abril 01, 2006

El Arca del Pacto (Exodo 25:10-22;Hebreos 9:4)


El Arca (Exodo 25:10-22)
En las ordenanzas para el Tabernáculo dadas por Dios a Moisés, en los capítulos 25 a 27, el Arca ocupa el primer lugar. De igual manera, cuando Dios se nos revela, parte del Santuario y sale hacia el Atrio; nos presenta primeramente lo que es el objeto supremo de su Corazón; la Persona de Cristo. Cuando consideramos el camino por el cual nosotros nos acercamos a Dios, acudimos primeramente al Atrio, al Altar, luego a la fuente y sólo entonces podemos entrar en el Santuario. Sin duda la Persona de Cristo debe tener el primer lugar en nuestro corazón. En el Salmo 132 vemos que importancia tenía el Arca para David. Es notable que este Salmo este seguido por el 133, en el cual se ve "Cuán bueno y cuan delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía". Es preciso primeramente el Centro para que la reunión se realice.
No se podía ver el Arca más que en el Lugar Santísimo. El acceso a Él esta abierto para nosotros hoy en día; pero conviene que al ocuparnos en la Persona del Señor lo hagamos siempre con la mayor reverencia.
El Arca tenía 2 ½ codos de largo, 1 ½ de ancho, 1 ½ de alto, estaba hecha de madera de acacia y de oro puro (para las tablas no se dice de oro puro), pues una figura de la Persona de Cristo, "el Verbo (La Palabra)…hecho carne" (Juan 1:14), "Dios… manifestado en carne" (1 Timoteo 3:16). ¡Misterio ante el cual adoramos! Pero de ninguna manera nos conviene querer hacer la disección de la humanidad perfecta (la madera de acacia) de la divinidad (el oro), siempre presentadas en la Palabra maravillosamente unidas en una sola Persona, tal como nos la revelan los evangelios y otras páginas de la Escritura. Por haber querido mirar el Arca, los hombres de Bet-Semes murieron (1 Samuel 6:19) y, por haber tocado el Arca, Uza fue herido de muerte (2 Samuel 6:6-7).
Una cornisa o coronamiento de oro se encontraba alrededor del Arca (Exodo 25:11), hablándose de la excelsa gloria de Cristo, pero formando también como una especie de protección contra toda irreverencia ante el ministerio de su Persona (la misma cornisa se ve en el Altar de Oro y en la Mesa de los Panes).
Como los otros objetos del Tabernáculo, el arca estaba unida de varas para llevarla. Estas últimas tienen una importancia particular en la relación con el Arca, sea que se piense en todas las etapas que ella recorrió desde Sinaí hasta su reposo final en el Templo de Salomón (1 Reyes 8:8), sea que una vez más haga subrayar la santidad de lo que representaba el propio Cristo: el Arca siempre debía ser llevada en andas y no puesta en un carro (1 Crónicas 15:2).
En Números 4:4-5 vemos el Arca marchando a través del desierto, cubierta azul, tal como Cristo en este mundo: "el que viene del cielo" (Juan 3:31). Bajo el azul, las pieles de tejones cubrían sus glorias diversas: el velo (v.5) el cual era el único que podía estar en contacto con el Arca misma. "No hay parecer en Él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos" (Isaías 53:2). Sólo la fe podía discernir las glorias del velo, bajo las pieles de tejones. En cuanto a la propia Arca, "nadie conoce al Hijo, sino el Padre" (Mateo 11.27). Es el inescrutable misterio.
En el desierto (pero después de haber pasado el Jordán), el Arca es llamada "El Arca del Testimonio" (Exodo 25:16). Hubo en el desierto de este mundo un Testigo fiel que respondió en todo a la voluntad de Dios (tablas de la ley en el Arca) y que le glorifico en la tierra.
En Números 10:33 tenemos "el Arca del Pacto", base de las revelaciones de Dios con su pueblo; y por último, está "el Arca de Jehová", cuando se trata de mostrar su poder, como en el Jordán, en Jericó o en la casa de Dagón (Josué 4:5; 6:6-13; 1 Samuel 5:3).

El Propiciatorio (Exodo 25:17-21)
El Arca era un cofre y tenía una tapa llamada propiciatorio. El término hebreo traducido por propiciatorio deriva "cubrir o cubierta". En el Antiguo Testamento, la propiciación (expiación en la Reina-Valera 1960) de los pecados significa que estos eran "cubiertos", como en el Salmo 32:1; mientras que en el Nuevo Testamento, una vez que la obra de Cristo fue cumplida, los pecados son "quitados" (Hebreos 9:26; 10:4, 11-18). La palabra propiciatorio, traducida en la versión alemana por "Gnadenstuhl" y en la versión inglesa por "mercy-seat" (sea "el asiento de la gracia")- contiene también la idea de gracia, de misericordia.
El propiciatorio estaba enteramente hecho de oro puro, lo que nos habla de la justicia inherente a la naturaleza divina. Por otra parte, encima del propiciatorio había dos querubines de oro batido, de una sola pieza con el propiciatorio. Los querubines, asiento del trono de Dios (Salmo 80:1; 89:14), hablan fundamentalmente del juicio de Dios; así la justicia divina reclama el juicio inexorable de Dios sobre su pueblo pecador; el cual de ninguna manera observo la ley (Exodo 32:19).
Pero los querubines y el propiciatorio estaban colocados sobre el Arca, que es como decir sobre Cristo, quien si cumplió plenamente la voluntad de Dios y la permitió a esta el cumplimiento de amor a favor del hombre (el Arca contenía las tablas de la ley); luego, sobre el propiciatorio, se encontraba la sangre de la víctima que el sacerdote había llevado allí el gran día de la expiación (Levítico 16:14-15). Los querubines no tenían una espada, como en Edén, sino, al contrario, alas para proteger, y sus rostros uno enfrente del otro – estaban vueltos hacia el propiciatorio, es decir, ¡miraban la sangre!.
El conjunto – el Arca, el Propiciatorio y los Querubines – vino a ser así no ya trono de Dios en juicio, sino el de la gracia. Todo nos habla de Cristo y de su obra; vemos en ello, de una manera sorprendente y profunda, cómo Él respondió plenamente a la justicia y al amor de Dios (Salmo 85:10), el trono de la gracia esta fundado sobre la obediencia de Cristo hasta la muerte.
El propiciatorio era el lugar de encuentro de Dios con el hombre den un doble sentido:
Aarón, el sacerdote, representando al pueblo ante Dios, acudía con la sangre.
Moisés, el enviado de Dios, el apóstol, recibía allí los mensajes de Dios para el pueblo (Exodo 25:22).
El Señor Jesús, en Hebreos 3:1, reúne el doble carácter de Moisés y de Aarón cuando . . es llamado el "apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión".

Contenido del Arca (Hebreos 9:4)
Las Tablas de la Ley
Las primeras tablas habían sido quebradas ente la idolatría del pueblo (Exodo 32:19). Las segundas tablas nos son presentadas en Deutoronomio 10:3-5 como no hechas hasta después de la construcción del Arca y colocadas allí en cuanto a Moisés descendió del monte: solo Cristo podía cumplir la ley de Dios (Salmo 40:8); solo a causa de Él, figurado por el pueblo.
La Vasija de Oro (Exodo 16:32-34)
Esta vasija de oro que contenía el maná nos presenta dos pensamientos:

· La fidelidad de Dios, quien durante cuarenta años había alimentado a su pueblo a través del desierto; convenía tenerlo presente: "te acordaras de todo el camino" (Deuteronomio 8:2).

· Ella es un memorial de Cristo descendido del cielo, pan de vida, alimento de su pueblo en el desierto (Juan 6:31-38, 58).

Cabe señalar al respecto que los israelitas recogían cada día un omer de maná; tal es nuestra parte: alimentarnos de Cristo cada día. Pero el último versículo de Exodo 16 nos dice que "un gomer (u omer) es la décima parte de un efa", vale decir que lo poco que podemos captar de Cristo aquí abajo no es más que una débil parte de la plena medida que tendremos en la gloria.
La Vara de Aarón (Números 17)
Esta Vara, que, había brotado, producido flores y almendras, nos habla de la gracia y de la resurrección. Así, todo lo que el Arca nos enseña acerca de la Persona de Cristo es completado por su contenido: su obediencia perfecta, su humillación como descendido del cielo, su gracia y su resurrección.