Dos Caminos
¿ Que es seguir a Cristo?
Una gran pregunta que en más de una oportunidad me han hecho, la cual es muy sencilla como compleja a la vez de responder.
En primer lugar debemos tener en claro que es una decisión, la cual es tomada cuando el Señor nos hace el llamado, diciéndonos que debemos tenerlo en primer lugar, tal como lo señala en Mateo 10:37 “ El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mi, el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí”, por tanto, es la decisión de seguirle día tras día con un corazón dispuesto como tierra fértil para la semilla que es la palabra (Lucas 8:15), quién es el Verbo Jesucristo el Señor (Juan 1:1-14), el cual entra a morar en nuestros corazones cuando le recibimos por fe ..”la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él..”(Romanos 3:22), siendo la justicia el equivalente de la santidad que Dios nos otorga por medio de la fe en su Hijo, lo cual nos da la salvación.
Es clave la palabra “decisión”, ya que es una decisión el aceptar a Jesucristo, el seguirle, el tener un corazón dispuesto para recibir su palabra, el amarle, el adorarle día tras día, el tenerlo en primer lugar, el querer ser como él, depender completamente de él, el predicar de su Evangelio, etc. etc.. Ahora bien, también cabe señalar que una decisión lleva a la otra, ya que todo lo antes mencionado es la consecuencia de recibir a Jesucristo en nuestros corazones, aclarando por cierto que me refiero a una consecuencia de decisiones, ya que de no ser así nunca más cometeríamos pecados, y a la verdad eso no ocurre. Sin embargo cuando Cristo comienza a trabajar en nuestras vidas, restaurando todas aquellas áreas erosionadas, surge otro concepto que es de mucha importancia también, la cual es la “necesidad” de estar en íntimo contacto cada día con Nuestro Señor a través de la oración, leyendo su Palabra, escuchando música Cristiana, la “necesidad” de adorarle día tras día ya sea en la Iglesia en el automóvil, en nuestros momentos de intimidad, etc.. Seguir a Cristo es la batalla que libramos los Cristianos día a día, manteniendo nuestra primera decisión, por amor a él, quién vino a morir por nuestros pecados, velando en la espera de su majestuosa venida tal como lo señala la parábola de las diez vírgenes (Mateo 25:1-13).
En la figura se resumen dos caminos a seguir, el de la perdición (condenación perpetua) y el de la salvación (vida eterna)…dónde la pregunta es: ¿en cual estás tú?, o bien ¿en que etapa de éstos te encuentras?. Si te fijas la salvación se puede perder, tal como lo señala la Biblia en un sinnúmero de versículos (Hebreos 12:15-17, 10:26-39, Lucas 12:41-47, etc.), dónde se puede destacar Ezequiel 18:24 “Mas si el Justo se apartare de su justicia y cometiere maldad, e hiciere conforme a todas las abominaciones que el impío hizo, ¿vivirá él? Ninguna de las justicias que hizo le serán tenidas en cuenta; por su rebelión con que prevaricó, y por el pecado que cometió, por ello morirá.”, dónde el concepto muerte para los Cristianos no existe, ya que nuestras almas no descenderán al Seol (Infierno) sino más bien dormirán a la espera de nuestra resurrección, en la segunda venida de Nuestro Señor Jesucristo, para vida eterna (1 Corintios 15:1-58, Juan 5:28-29, 1 Tesalonisenses 4:15-17, Mateo 24:29-51), lo que no ocurrirá para quienes se pierdan, ya que su condena comenzará desde el mismo momento en que sus almas desciendan al Seol (Infierno) muriendo en sus pecados y viviendo el tormento concientemente a la espera de la resurrección pero para condenación eterna (Juan 5:29; Apocalipsis 20:15). Es fuerte hablar de esto, pero me animo a decirlo ya que si te encuentras leyendo este mensaje quiere decir que aún estas vivo, y tienes otra oportunidad para cambiar el destino de tu alma. Además aún estamos bajo la Gracia, instancia en la cual la salvación se obtiene de una forma tan sencilla como lo es tomando la decisión correcta….y es seguir a Cristo, aún no siendo dignos, pecadores, jóvenes o viejos, ricos o pobres, etc. ya que la Gracia la cual es el perdón inmerecido y gratuito que nos otorga nuestro Señor, nos alcanza a todos a quienes le aceptamos por fe en nuestros corazones.
Ahora, para el caso de quién ha aceptado a Cristo y ha perdido su salvación puede volver al camino sólo tomando la decisión de hacerlo, sin recibir al Señor nuevamente, ya que al ser un hijo de Dios pasa a ser como el equivalente del “hijo pródigo” (Lucas 15:11-32). Lo que no se pierde es la calidad de ser hijo de Dios, toda vez que se ha obtenido mediante la fe en Cristo (Gálatas 3:26-27), pasando así a formar parte del Pueblo de Dios, sino piensen en la mayoría de los Judíos, quienes niegan al Mesías y no obstante ser el Pueblo escogido por Dios, ¡¡están perdidos!! .
Si te has sentido identificado con el camino de color rojo, y no sabes que hacer, y si no tienes palabras de momento para expresarte y Dios te habla por medio de este mensaje, recíbele, haciendo la siguiente oración:
“ Dios mío, gracias por tu amor hacia mi. Reconozco que hasta ahora anduve lejos de Ti viviendo a mi manera… Te confieso todo el mal que hice. Creo que Jesucristo, tu Hijo, me puede perdonar y salvar… Ven Señor Jesús y entra en mi vida, Amén”.
La palabra enseña que si has realizado esta oración de corazón colocando tu fe en Jesucristo, eres salvo y por ende pasas a ser hijo de Dios, ante lo cual no te olvides de este importante día, día en que has nacido a la nueva vida…..la cual es la ¡¡ vida eterna !!.
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