domingo, enero 01, 2006

Parábola del Sembrador


En el año 1976 mis Padres me matricularon en el Pre- Kinder (Transición 1) del Jardín Infantil “Los Pollitos” perteneciente a la 2ª Iglesia Alianza Cristiana y Misionera de Temuco, el cual contaba con sólidas bases Cristianas. Recuerdo en aquel entonces nos llevaban a un subterráneo que consistía en una sala de audiovisuales, lo cual me encantaba, ya que era tan fascinante y entretenido como ir al cine, de hecho me recuerdo como esperaba aquel momento. Ahí veíamos diversas películas, en su mayoría educativas, pero también historias de Jesucristo en diapositivas muy coloridas y con sonido. Por otra parte las Educadoras nos hacían participar en diversos actos en el salón de la Iglesia, dónde nos disfrazábamos representando escenas tales como la del pesebre y el niño Dios, en otra ocasión vestimos de angelitos simulando un coro de querubines.
Luego en el año 1977, mis Padres me matricularon en el Kinder (Transición 2) del Colegio Bautista de Temuco, el cual al igual que el Jardín Infantil, contaba con sólidas bases Cristianas. Me recuerdo que cada mañana en cada curso que estuve hasta el año 1988 (3° medio), se leía la Biblia antes de comenzar la mañana (Devocional) y por lo menos una vez por semana asistíamos a un culto, que la mayor parte de las veces era muy entretenido ya que nos pasaban dibujos animados Cristianos, con un personaje llamado “ Puntito”. En otras tantas ocasiones recuerdo que me aburría mucho, de hecho nos desconcentrábamos tanto haciendo desorden, que nos echaban castigados a la Inspectoría. Lo mismo ocurría en las clases de las diversas asignaturas, incluido Religión. Mis Padres pasaron muchas veces apuros por mi culpa, ya que eran muy requeridos por los Profesores debido a mi mal comportamiento. No obstante lo anterior, hubo uno de los cultos que cambió mi vida, ya que a los doce años, Jesucristo me impactó con su mirada, y le recibí en mi corazón a través de una oración de fe. Fue muy hermoso.
Con el pasar de los años mi mal comportamiento no cambió, tanto así que desde séptimo básico estuve con matrícula condicional, hasta que llegué a tercero medio dónde se me canceló definitivamente la matrícula tanto a mi como a un grupo de aproximadamente siete compañeros de curso. En aquel entonces no entendí cual era el propósito de Dios, creo que mis Padres tampoco. Lo importante es que esos trece años que estudié en aquellos establecimientos Cristianos hubo una importante siembra en mi corazón.
Al año siguiente ingresé, junto a mis compañeros, al Liceo A-28 de Temuco, el cual es un Establecimiento Municipal, dónde conocí a la que sería más tarde mi Esposa (Jessica Candia).
Mi vida era como la de cualquier joven de la época, tal como ir a fiestas con amigos, pololear, etc.. Más tarde Ingrese a la Universidad de la Frontera de Temuco, manteniendo por cierto mi noviazgo con Jessica. Lo importante es que las labores del Sembrador fueron asumidas por mis Padres (Osvaldo y Cecilia) y mi Hermana Mayor Cecilia, dónde yo, Jessica y mi hermano mayor Nelson, sin darnos cuenta, recibíamos en nuestros corazones más y más semillas.
En febrero de 1999 me casé en la Iglesia en la cual cursé el Kinder, es decir, 2ª Alianza Cristiana y Misionera, Iglesia que por casualidad en esos momentos era a la cual asistían mis Padres.
Finalmente en el año 2003, por motivos de trabajo, tuve que viajar semana a semana a Talca, distante a 470 kilómetros de mi ciudad natal, Temuco, dejando momentáneamente sola a mi amada Esposa. Digo finalmente ya que en esa ciudad tuve un reencuentro con Jesucristo, de la forma más inesperada, ya que estaba viendo televisión, cuando en los comerciales se publicita una película que fue muy controvertida en la época, la cual era “La Pasión de Cristo”…..me quedo sin palabras al recordarme…vi la imagen cuando nuestro Señor es humillado a tal punto que desde el suelo levanta su rostro, el cual se encontraba deformado por el castigo que había recibido… y mira hacia la pantalla….y me quebré….sólo con esa escena comprendí lo que Cristo había hecho por mi, pensé que el no lo merecía y no obstante lo hizo por mi, y me pregunté ¿Por qué?...tuve muchos días para meditarlo, fue cuando las semillas brotaron, dónde pasaron prácticamente treinta años desde la primera siembra, para finalmente sellar mi justicia y la de Jessica mi Señora, obtenida en la niñez y en la adolescencia respectivamente, a través del Bautismo en aguas en la misma Iglesia que sembró la primera semilla en mi niñez.
La parábola del sembrador describe cuatro tipos de corazones; el que oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado. El que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. El que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Y finalmente el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce.
Mi testimonio y el de mi Esposa no implica que fue mérito de nuestros corazones el que brotara la semilla, sino más bien de la elección del corazón que nosotros quisimos tener, el Señor no te pregunta ¿Cuál corazón tienes tu?, sino que ¿Cuál corazón eliges tú tener?.
Si de momento has decidido tener un corazón cuya tierra es fértil para recibir la palabra de Dios, quién es Jesucristo, el Verbo; y si no tienes palabras para dirigirte al Señor, te animo a recibirle haciendo la siguiente oración en voz alta:
“ Dios mío, gracias por tu amor hacia mi. Reconozco que hasta ahora anduve lejos de Ti viviendo a mi manera… Te confieso todo el mal que hice. Creo que Jesucristo, tu Hijo, me puede perdonar y salvar… Ven Señor Jesús y entra en mi vida, Amén”.
La palabra enseña que si has realizado esta oración de corazón colocando tu fe en Jesucristo, eres salvo y por ende pasas a ser hijo de Dios, ante lo cual no te olvides de este importante día,… día en que has nacido a la nueva vida…..la cual es la vida eterna.